martes, 26 de febrero de 2008

Materialismo, ciencia y realidad

La definición de ciencia que se difunde en la actualidad quiere excluir de entrada toda posible consideración de un origen sobrenatural de la vida y de la creación de las especies, y extiende la metodología naturalista a todos los ámbitos. En palabras del astrofísico y evolucionista Carl F. von Weizsäcker:
«No es por sus conclusiones, sino por su punto de partida metodológico por lo que la ciencia moderna excluye la creación directa. Nuestra metodología no sería honesta si negara este hecho. No poseemos pruebas positivas del origen inorgánico de la vida, ni de la primitiva ascendencia del hombre, tal vez ni siquiera de la evolución misma, si queremos ser pedantes. ...»
La importancia de la ciencia,
Nueva Colección Labor.
Barcelona, 1972, p. 125.
En la misma obra sigue diciendo:
«Todavía no entendemos demasiado bien las causas de la evolución, pero tenemos muy pocas dudas en cuanto al hecho de la evolución... ¿cuáles son las razones para esta creencia general? En la última lección las formulé negativamente; no sabemos cómo podría la vida, en su forma actual, haber venido a la existencia por otro camino. Esa formulación deja silenciosamente a un lado cualquier posible origen sobrenatural de la vida; así es la fe en la ciencia de nuestro tiempo, que todos compartimos».
ibid., p. 131.
Estas palabras, tomadas de las Conferencias Gifford pronunciadas durante el invierno de 1959-60 por von Weizsäcker, no son un caso aislado. Esta actitud sigue en pie, como se ve en una declaración no tan lejana en el tiempo como la de Weizsäcker. En un ensayo sumamente franco publicado en la revista New York Review of Books del 9 de enero de 1997, el famoso biólogo Richard Lewontin, de Harvard, se extendía acerca la verdadera base de la ciencia evolucionista. Lewontin manifestaba allí la pobre opinión que le merecían los cuentos adaptacionistas de los neodarwinistas. Pero a pesar de su escepticismo acerca del neodarwinismo, acepta la historia básica contada desde el naturalismo evolucionista porque, en palabras suyas,
«... tenemos un compromiso previo, un compromiso con el materialismo. No se trata de que los métodos y las instituciones de la ciencia nos obliguen de alguna manera a aceptar una explicación material del mundo fenomenológico, sino al contrario, que estamos obligados por nuestra adhesión previa a las causas materiales a crear un aparato de investigación y un conjunto de conceptos que produzcan explicaciones materiales, no importa cuán contrarias sean a la intuición, no importa lo extrañas que sean para los no iniciados. Además, este materialismo es absoluto, porque no podemos permitir un Pie Divino en la puerta

Richard Lewontin,
New York Review of Books
(9 de enero de 1997, p. 31).
(Énfasis añadido).

La pregunta lógica es: ¿es esto legítimo? Se insiste en los sectores dominantes del mundo académico en que «ciencia» es la búsqueda de explicaciones NATURALES para los fenómenos que nos rodean y para nuestra misma existencia.

Aquello que pueda ser objeto de repetidas observaciones, o bien de experimentos reproducibles, en relación a causas y efectos que se puedan evaluar de forma cuantitativa, esto es, el estudio de la operación de los sistemas existentes y de las causas que operan en los mismos y de los efectos producidos por dichas causas, este es el campo legítimo de la metodología naturalista. Pero no es legítimo excluir el diseño inteligente de la ecuación cuando se trata de algo cualitativamente diferente, como lo es el ORIGEN del sistema cuya operación podemos estudiar mediante el método naturalista.

- Una cosa es la OPERACIÓN de un sistema.
- Otra muy distinta es el ORIGEN de dicho sistema.

Sería mucho mejor abrir el debate acerca de los orígenes, en lugar de mantener dogmáticamente la metodología naturalista, y emprender la búsqueda de respuestas LÓGICAS, no necesariamente NATURALES, respecto a los orígenes. La perspectiva de Weizsäcker, Lewontin y una multitud de investigadores prejuzga el resultado desde el principio, como ellos mismos reconocen. Y con ello confunden el estudio de la operación de un sistema (las fuerzas que operan en el mismo, y sus efectos) con el origen de dicho sistema, como si las fuerzas que operan en dicho sistema debieran explicar el mismo origen del sistema, y con ello ignoran una diferencia fundamental entre origen, por una parte, y funcionamiento, por la otra.

Darwin mismo reconoció la legitimidad del debate, al principio mismo de su especulativa obra El Origen de las Especies, cuando reconoció que:
«... [M]e doy cuenta perfectamente de que en este volumen apenas se discute un solo punto sobre el cual no puedan aducirse hechos que a menudo parezcan conducir a conclusiones diametralmente opuestas a aquellas a las cuales yo he llegado. Un resultado imparcial sólo puede obtenerse declarando cabalmente y sopesando los hechos y los argumentos en los dos lados de la cuestión ...»
Ed. Zeus, Barcelona 1970, p. 18.

Por lo que respecta al falso planteamiento materialista de «religión contra ciencia», se trata de un intento de evitar el fondo de la cuestión. Es evidente que la cuestión de los orígenes tiene condicionantes y consecuencias respecto a la concepción del mundo, pero estas consecuencias y estos condicionamientos se dan por todos lados. Es correcto identificar las unas y los otros. Se debe evitar, sin embargo, que determinen el análisis de las evidencias. Pero si bien la Complejidad Irreducible (CI) y el Diseño Inteligente (DI) tienen evidentes DERIVACIONES teístas, la metodología naturalista tiene unos evidentes presupuestos filosóficos ateos que comportan una perspectiva atea de la vida. ¿Son legítimos los supuestos ateos como fundamento y como marco de la investigación de estas cuestiones, con el análisis ateo del origen de la vida que conllevan? ¿Son acordes con la evidencia?

Como lo reconoce el investigador agnóstico Denton, la tesis del Designio no se fundamenta en consideraciones religiosas, aunque pueda tener consecuencias religiosas. Lo expresa así en su libro Darwinism: A Theory in Crisis (Burnett Books, Londres 1985, p. 341):
«La fuerza casi irresistible de la analogía ha minado totalmente la autosatisfecha presuposición, dominante en los círculos biológicos durante la mayor parte de los últimos cien años, de que la hipótesis del designio puede ser excluida sobre la base de que este concepto es fundamentalmente un apriorismo metafísico, y que por ello es científicamente inaceptable. Al contrario, la inferencia del designio es una inducción puramente a posteriori basada en la implacable aplicación de la lógica de la analogía. La conclusión puede que tenga implicaciones religiosas, pero no depende de presuposiciones religiosas

Así, se llega a la inferencia de un diseño inteligente en los orígenes mediante un análisis y una valoración de criterios constitutivos del sistema existente. Estos criterios pertenecen a un análisis «forense» riguroso, y permiten determinar si algo puede haber sido producido por el azar, o si necesariamente se debe a un designio, a una intención deliberada. Sin embargo, mediante esta inferencia del diseño inteligente no se puede determinar la identidad del Diseñador. En efecto, supongamos que estudiamos un sistema fabril compuesto de una cadena de robots con unas correas de transferencia de piezas, en un proceso de montaje automatizado. Podremos estudiar este sistema automatizado de fabricación compuesto por robots industriales desde diversos puntos de vista:

1) Podemos proceder a estudiar todos los aspectos de su funcionamiento desde un criterio de las fuerzas que operan en el mismo, y de los efectos que ejercen en las distintas piezas alimentadas desde diversas tolvas de entrada en diversos puntos de dicho sistema.

Esto comportará la observación de la estructura y la función de diversos dispositivos electromecánicos, neumáticos e hidráulicos, la medición de las fuerzas eléctricas y mecánicas aplicadas, para mecanización, ensamblado, atornillado, así como el estudio de procesos como soldadura, desbarbado, y pintura en tanques, el estudio de los circuitos eléctricos y su distribución y aplicación, así como de las tuberías neumáticas e hidráulicas, junto con las diversas presiones de los fluidos utilizados en distintos puntos para diferentes funciones.

Así, el estudio de las diversas estructuras, funciones, fuerzas, dispositivos, y fluidos (eléctrico, neumático, hidráulico, etc.), así como de los procesos de desgaste, nos dará una clara idea de LA OPERACIÓN DE LA MÁQUINA y DE SU MISIÓN (por ejemplo, el montaje automatizado de compresores frigoríficos). Y la deducción de nuestro estudio será evidentemente que detrás de todo este sistema existente está la cuestión de su origen, que innegablemente se debe a la capacidad técnica e inventiva de la mente humana. Todo este estudio nos lleva a la respuesta del QUÉ (qué es esto), del CÓMO (cómo funciona), y hasta cierto punto del PARA QUÉ (qué propósito tiene).

2) De modo que por el detallado estudio de los componentes y diseño de este sistema podremos comprender su modo de operación, y podremos deducir su origen en la capacidad del ingenio humano. Pero con estos datos no podremos llegar a conocer la identidad de su(s) diseñador(es). La pregunta de ¿Quién? no puede recibir respuesta mediante el método anterior, el cual solo puede comunicarnos que hay una inteligencia, un propósito y unos medios que han llevado al origen del sistema. Y la respuesta a esta pregunta de ¿QUIÉN?, lo mismo que la del CÓMO (cómo se hizo), demanda otros métodos de conocimiento que el del análisis objetivo del sistema. Demanda una comunicación personal con los ingenieros que idearon el sistema robotizado de mecanizado y montaje de compresores frigoríficos; en el caso de los complejos sistemas y maquinarias celulares, demanda una comunicación personal de parte del Hacedor de los sistemas de la vida. Este conocimiento está más allá del método científico, de la capacidad analítica humana; su descubrimiento queda más allá del mero análisis del sistema. Es necesaria una Revelación de parte del Hacedor.
Santiago Escuain

3 comentarios:

Ricky dijo...

«La conclusión puede que tenga implicaciones religiosas, pero no depende de presuposiciones religiosas.»

Aquí está el meollo de la cuestión, lo que no les gusta oír a los adeptos al darwinismo.

Carlos Canosa/Jerusun www.reyjusticianuestra.com dijo...

Celebro la aparición de este blog cuando vemos con dolor que el "pensamiento oficial" sobre estas cosas se impone cada día con mas fuerza a través de los canales pseudo- científicos. Para lo que resta de este mundo crepuscular los cristianos deben saber defender la Obra Creativa de Dios/Elohim – Padre, Hijo y Espíritu Santo - entre otras cosas para fortalecer su fe y abrazarse a ella contra todo lo que viene.

Saludos Escuain, Dios/Elohim le siga dando fuerzas y talento.

Carlos Canosa
www.justicianuestra.com

Anónimo dijo...

Me complace en gran manera decirle que he sentido un profundo placer leyendo los artículos de su Blog. Aunque lógicamente dominen en ellos consideraciones de tipo religioso cristianas, de acuerdo con sus creencias, yo me he centrado básicamente en aquéllas que tienen más una vertiente científica y especialmente en aquéllas que tratan aspectos metodológicos de la Ciencia,sin reuir aquellos aspectos religiosos, siempre de indudable interés, de caracter genérico, sin que necesariamente sean especificamente cristianos.

Tan sólo me gustaría precisarle que Denton no es, ni ha sido nunca, un agnóstico. Es un deista,que no teísta, que cree que Dios diseño el Universo y las leyes que lo rigen y que estas últimas no son quebradas ni por el mismo Dios. Desde el punto de vista metodológico es pues un naturalista metodológico que sólo acepta el azar y las leyes como causas naturales.Vease a este propósito las páginas XVII, XVIII y XIX de su "Note to the reader" de su libro Nature's Destiny, The Free Press.

Denton ha evolucionado desde posturas netamente creacionistas( La evolución, una teoría en crisis) hasta posturas actuales evolucionistas(Nature's Destiny).Según él, Dios conformó el Universo de tal manera en el momento de la creación inicial que las causas naturales hoy conocidas son suficientes para explicar todo su desarrollo posterior. Así, por ejemplo, y a nivel de los seres vivos, la información genética inicial ( no precisa ni cómo ni cuando se adquiere) tiene una estructura tal que pequeñas modificaciones al azar en su estructura podrían desplegar planes biológicos diferentes mediante reorganizaciones genómicas previamente diseñadas por Él. Otros mecanismos, tambien naturales, son sugeridos por él. Véase a este proposito pag.279-286 de Nature's Destiny.

Cordiales saludos

Vicenç